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PASTILLAS PARA QUE NO ME DUELA LA VIDA

De todos es bien sabido que el consumo de antidepresivos se ha duplicado en tan sólo una década, y, en estos últimos años de crisis, la venta aumentó un 7,5% (lo que equivale a unos 38 millones de envases). *

Todo este alto consumo se debe, en parte, al diagnóstico de las patologías. No es lo mismo sentirse triste que tener depresión, no es lo mismo estar nervioso y estresado que agobiado y frustrado por trabajar dónde no quieres, no es lo mismo tener dolor generalizado en el cuerpo que padecer fibromialgia, no es lo mismo tener unos quilos de más que una alteración metabólica.  El sufrimiento cotidiano, la nula gestión emocional, la exigencia propia y de la sociedad son emociones normales que no sabemos dirigir ni resolver, y es mucho más fácil medicalizar lo habitual que preguntarnos el  porqué me pasa lo que me pasa. En fin, que hoy día para cualquier dolencia, trastorno, desánimo, época de alti-bajos, etc, el doctor no se complica y te receta las pastillitas mágicas con nombres impronunciables cómo Prozac, Efexor, Serotax, Citalopram…. Y los pacientes, tragan y no se cuestionan nada más.

En los últimos años algunas investigaciones científicas han analizado la efectividad de los antidepresivos, y la conclusión a la que han llegado es que, por sí solos, su eficacia es muy limitada, aunque la mayoría de personas involucradas en estas investigaciones, han asegurado que los fármacos les han ayudado, pero acompañaban la ingesta de pastillas, con otro tipo de terapias.

“Sin otra terapia, los fármacos no siempre sirven para síntomas leves”

El sufrimiento no se tolera, acostumbrados como estamos a la inmediatez, a la solución rápida; por este motivo son los mismos pacientes los que reclaman al médico la prescripción de pastillas para paliar los problemas relacionados con su cotidianeidad, cómo problemas laborales, superar la ruptura amorosa, sobrellevar un duelo, la relación con los hijos….. El problema es que la mayoría de estos fármacos están indicados para un trastorno depresivo mayor, y no para ayudar a afrontar la realidad de la vida, tú vida, que requiere de cambios, y para producir estos cambios necesitas algo más que hincharte con productos químicos.

En fin, aquí volvemos a plantearnos y combatir contra las creencias limitantes de cada uno de nosotros; darte cuenta, aceptar, y comprometerte a cambiar son decisiones que requieren de voluntad, esfuerzo, constancia, paciencia y sobretodo, quererlo hacer!! Por ahora no se han descubierto pastillas para la voluntad y la metamorfosis personal, así que o empiezas a creer en ti o sigue creyendo en la industria química, realmente les haces muy ricos.

*según datos de la OCDE (organización para la cooperación y el desarrollo económicos)